El remake americano de Carmina Ordóñez, Anna Nicole Smith, ha finalizado sus días de la misma forma que su predecesora hispana.

La historia es la misma pero con un guión adaptado a cada sociedad. En España, país de tradición y folclore, el atrezzo se compone de toreros, vírgenes del rocío, tonadilleras luchando por la herencia, exclusivas en Salsa Rosa y malos tratos. En los EEUU, que molan más aunque la gente se empeñe en decir que los americanos no tienen cultura, son tontos y su gastronomía da pena, este elenco drug-trash estaba conformado por una rubia explosiva, una herencia del mercado del petróleo, reality shows, y portadas del Playboy.

El pasado jueves, la noticia de la muerte de Anna Nicole, si bien anunciado de la misma manera que “Yo soy Bea” acabará igual que “Betty”, nos cogía a todos por sorpresa.

La polémica playmate aparecía sin vida, ahogada en su propio vómito, en un hotel de Miami. El fallecimiento se produjo después de haber ingerido un montón de barbitúricos y, por otro lado, las autopsias revelan que en su cuerpo no había rastros de drogas ilegales y que tampoco hay indicios de homicidio.

En los últimos meses, la azarosa vida de Anna Nicole había alcanzado cotas de surrealismo propias de los últimos capítulos de “Nada es para Siempre”.

Tras haber dado a luz a su segunda hija, Dannielynn Smith, cuya paternidad estaba siendo reclamada por tres hombres distintos, su primogénito fallece en la misma habitación en la que su madre se encontraba todavía ingresada por una combinación letal de Zoloft, Lexapro y Metadona.

Para colmo, al mismo tiempo que ocurría todo esto, un grupo de gordas americanas denunciaban a Anna Nicole por publicidad engañosa en unos fármacos adelgazantes de las que ella era imagen. Pero conozcamos la historia desde el principio:

Biografía de Anna Nicole Smith

Anna Nicole Smith antes de operarse la cara
Así era la muchacha en su día

Vicky Lynn Hogan nació el 29 de noviembre de 1967 en Waco (Texas), un pequeño pueblaco tipo Penadecabras o Valdepares, que nadie conoce, y que todo el que ahí le toca nacer desea abandonar.

Tras una amarga infancia y adolescencia pre-menstrual marcada por un desarrollo físico colosal que la llevaría a ser una chica acomplejada, y con una familia destrozada y sin recursos, a los 17 años ya se había casado con Billy Wayne, su novio macarra del instituto, había tenido un hijo, Daniel, y servía mesas en el Jims Krispy Freid Chicken, un restaurante cutre de pollo frito donde también curraba su esposo.

Una vida que axfisiaba sus aspiraciones de convertirse en actriz, como su ídolo Marilyn Monroe.

Así es que un día no aguantó más y plantó a su marido. Consiguió que un nuevo novio le dejase 8.000 dólares, y se escapó con la pasta a Houston, en busca de su destino.

“Quiero toda la silicona que tengais en la clínica”

Lo primero que hizo, para variar en este tipo de casos, fue ponerse silicona (“quiero toda la que tengais en la clínica“, cuenta la leyenda que dijo al llegar), y comenzó a trabajar como stripper en varios clubes de carretera de la capital del petróleo en los Estados Unidos.

La biografía-tributo de FNB a Anna Nicole Smith Share on X

En el Gigi´s, considerado el antro de más clase de la provinciana Houston, Vicky adoptó el nombre de Robyn. Es en ese lugar, donde años más tarde, compañeras suyas que no triunfaron como nuestra heroína, declararon: “era una puta sin escrúpulos, y terminaba todas las noches acostándose con cualquiera, y si era una mujer, mejor”.

Anna Nicole Smith

También en el Gigi´s fue donde se le presentó la oportunidad de posar desnuda para “Playboy”, oportunidad que no desaprovechó, así es que en marzo de 1992 enseñó todo su generosísimo poderío en la portada y páginas interiores de la revista más famosa de todos los tiempos, ya bajo el nombre, inventado por el siempre genial Hugh Hefner, de Anna Nicole Smith.

El impacto no se hizo esperar, ya que su éxito desde entonces fue arrollador: pictoriales para Playboy y otras publicaciones constantemente, entrevistas en los mass media, apariciones estelares en soap operas… todo lo que una chica rural puede aspirar.

Incluso llegó a hacer cine, participando en “Agárralo como puedas 33 1/3″o “El gran salto”, dentro de la serie A; o en “Skycraper” y “To the limit”, dentro de la serie B, sección películas con apareamiento simulado y con largas escenas de ducha, respectivamente.

Todo ello aparte de los videos eróticos para Playboy, donde llegó a ser, por méritos propios, Playmate del Año en 1993.

Anna Nicole Smith

Curioso es el dato de que fue elegida por la famosa empresa de tejanos Guess para sustituir en sus campañas publicitarias a la mismísima Claudia Schiffer, durante todo un año. El cambio fue aclamado con justificado fervor.

Por otro lado, J. Howard Marshall, un viejo multimillonario miembro de una de las principales familias que se reparten dos de los grandes negocios de Texas, la ganadería y el crudo, como los Bush o los Koch, había quedado viudo en 1991 de su segunda esposa, Betty.

Mientras ésta fallecía de alzheimer, el cabroncete de Marshall se la pegaba, desde hacía 20 años, con la stripper Jewell Diane Walker, más conocida como Lady, dama de ceremonias de las múltiples orgías que se celebraban habitualmente en Houston, y a la que cualquier empleada de club deseaba ser invitada.

El nacimiento de una goldigger: la boda con Howard Marshall

Fue en una de esas bacanales donde, entre espectáculos lésbicos, buen whisky, excelente coca, y mucho dinero, se conocieron Anna Nicole Smith y el millonario Howard Marshall.

Anna Nicole Smith y Howard Marshall

Anna Nicole Smith y Howard Marshall en la cama
Anna Nicole Smith y Howard Marshall en la cama con el hijo (disgusting!)

Hay otras fuentes que aseguran que se conocieron en el Cabaret de Rick, donde Anna Nicole también trabajó mostrando las peras, y a donde acudía personalmente Marshall para elegir a las chicas de sus próximas juergas.

La despampanante playmate fue poco a poco ocupando el corazón de Marshall, que por aquel entonces ya superaba los 90 años, y andaba en silla de ruedas, lo que no le impidió enamorarse locamente de la conejita.

“Aunque no teníamos sexo, a él le encantaba vestirme con ropa provocativa y que le enseñase mis pechos. Era un hombre lleno de amor y con ganas de divertirse” declaró Anna Nicole en una ocasión.

En 1994, J. Howard Marshall anunció su compromiso con la rubia, y la sociedad tejana, y americana en general, se quedó de piedra.

Boda de Anna Nicole Smith con Howard Marshall
El bodorrio que no vimos en portada de ¡Hola!

Como su hijo menor, Pierce, que no veía con buenos ojos la influencia de su madrastra de 24 años sobre su padre, y menos aún, sus previsibles intenciones lucrativas.

Muerte de Howard Marshall

En abril de 1995 falleció Marshall, y Anna Nicole fue a su funeral vestida con un ajustado y escotado traje blanco, lo cual escandalizó, como no, a los familiares del viejo, aunque no tanto como cuando ésta declaró a una revista que se había fumado la mitad que le correspondía de las cenizas de su marido. “Porque lo amaba”, aseguró.

Muerto Marshall, la viuda se quedó sin duro, bordeando la indigencia, recluida en un modesto barrio de Los Ángeles, pues fue obligada a abandonar la residencia familiar. Consumió más droga y alcohol que nunca, y engordó 30 kilos, no precisamente en las tetas.

Aquellos que la vieron, entre septiembre y diciembre de 2000 por los juzgados de Los Ángeles, caminando con sobria rectitud, vestida con traje de chaqueta negro, cabello rubio recogido, y cara de pocos amigos, puede que se llevasen a engaño.

Porque la susodicha era (es, será…) la más espectacular de las vixens de esta era, por encima incluso de colegas como Uschi Digart o Pamela Anderson (la avalan unas medidas de 130-65-95) .Aunque la medida que más sorprendió, a analistas de lo absurdo, que tanto abundan allá por las Américas, fue la de su cociente intelectual, que rebasaba el 130 (cuan injusta es la vida, pensarán algunas…).

Anna Nicole no estaba en el testamento

Por esos juzgados, decimos, andaba la chica pleiteando por lo que, por ley, le correspondía, es decir, un tercio de la fortuna dejada por el difunto, que ascendía a más de 450 millones de dólares.

El viejo verde de Marshall había redactado en vida más de 10 testamentos diferentes, y en ninguno de ellos nombraba a su flamante esposa, a pesar de haberle prometido su fortuna verbalmente, según ella, en el lecho marital.

Otro que tampoco había sido nombrado en los legados era su hijastro, Howard III, al que Marshall había desheredado por haber intervenido en la guerra de los Koch (la mayor fortuna petrolera privada de Estados Unidos, en la que Marshal tenía una importante participación), aparte de haberle robado una novia años atrás.

Apareció cual personaje de serial lujoso a eso de la cuarta o quinta temporada, para sacar del paso al protagonista de turno.

Este hecho le vino de perlas a la Smith, que vio como este hijastro (para ver si pillaba cacho, monetario y carnal, suponemos) se aliaba en el juicio con ella, en contra del otro hijo de Marshall, Pierce, al que, en principio, parecía corresponderle toda la pasta.

Las leyes de Texas no reconocen los legados orales, y menos si no hay apenas testigos, pero la voluptuosa viuda llegó a Houston con el respaldo de una sentencia de otro tribunal californiano, que, en septiembre de 2000, dispuso que su anterior situación de bancarrota estaba respaldada por la fortuna prometida por su marido.

Así es que el juez concluyó que a Anna Nicole le correspondían la mitad de los beneficios generados por las empresas de Howard Marshall durante el tiempo que estuvieron casados, los cuales ascendieron a 30.000 millones de las antiguas pesetas.

Aunque en Estados Unidos nueve de cada diez casos se resuelven a través de una cuerdo entre las partes, aquí no fue así, ya que entre la playmate y el hijo menor de Marshall, se libró una de las guerras familiares con más tetas (tretas, quería decir), golpes bajos, y glamour jamás vista; incluso parte del servicio doméstico de su mansión (dos hombres y una mujer), llegaron a declarar en contra de su señora, acusándola de infiel, ninfómana compulsiva (los acosaba por los pasillos, según parece), alcohólica y drogadicta.

El reality show de Anna Nicole

Después de tantas idas y venidas judiciales, la cadena de televisión por cable “E!” le ofreció la posibilidad de protagonizar su propio reality show:

El programa, que se estrenó en 2003 sólo duró una temporada, ya que la señora se puso a engordar como una cerda y se lo cancelaron cuando Miss Smith rondaba los 80 kilos de peso.

En los meses previos a ponerse como una ceporra, la rubia acaparó las portadas de los tabloides cuando presentó una actuación de los Billboard Awards  de 2004 hasta el culo de drogas:

Desnudo en los MTV Video Music Awards

Desnudo en los MTV Video Music Awards

Anna Nicole Smith reapareció en marzo de 2005 con 35 kilos menos en los MTV Video Music Awards australianos donde hizo una parodia del “pezongate” de Janet Jackson, que por aquel entonces estaba también gorda como una patata gallega.

La rubia, tras hacer referencia a la hermana de Michael se bajó el escote y enseñó las tetas. Claro que como todo estaba guionizado, los pezones aparecieron ocultos en las pantallas por dos logos de la cadena musical.

Tras anunciar en el Youtube que estaba embarazada de su segunda hija, Dannielynn, Anna Nicole se mudó a las Bahamas con la intención de retirarse y vivir tranquilamente. Tras el parto, los acontecimientos se volvieron a precipitar y hoy lamentamos su muerte. Esperamos que Carmina esté sentada a su diestra en el reino de los Cielos.

El epílogo todos los sabemos, tal y como hizo Julianín Contreras, dentro de unos años Dannielynn escribirá un libro llamado “Dear Mom” y se someterá al polígrafo en el show de Jerry Springer.

Anna Nicole Smith borracha en los Billboard Awards de 2004
Trimspa Baby!

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