José Castelo Branco y Betty Grafstein, iconos del horror

Desde nuestro paí­s vecino, nos llega la que sea, quizá, la mayor provocación de las relaciones sentimentales entre seres humanos. Un lisboeta y una neoyorquin podridos de dinero y sin identidad sexual. Atención a usuarios que acaben de desayunar o de merendar antes de ver este artí­culo.