Nuestra sección ‘Misterio’ regresa con la muerte más noticiosa del año. Y, con ella, el coronavirus a FNB.
Hace una semana, la enfermera Tiffany Pontes Dover se hizo famosa al desmayarse tras recibir la vacuna anti covid-19 de Pfizer en el hospital religioso de CHI Memorial de Chattanooga, Tennessee.
El vídeo, bien scary, está armado por el programa ‘Inside edition’ de CBS y los noteros recogieron la información sin perder un segundo en «aclarar» que no desconfíes de la vacuna, y que «Tiffany se desmaya constantemente».
Según el hospital, esta enfermera se desmayó varias veces en las últimas semanas. Qué acierto elegir a esta pobre muchacha para colocarla en la primera línea del espectáculo mediático de Pfizer, ¿no?
Tras este espectáculo mediático el 17 de diciembre, como en un cuento de Roald Dahl, Tiffany desapareció.
Tiffany Dover está muerta
Los días siguientes, el misterio se apropió de la historia de Tiff.
La enfermera desapareció de sus perfiles en Instagram o Facebook:
Incluso, sus amigos y familiares tienen todos las cuentas bloqueadas:
Pero… ¡Hay una Tiffany Pontes Dover de 30 años muerta en Internet! Como podéis comprobar, en distintos registros como SearchQuarry.com aparece su nombre y datos confirmando su fallecimiento.
En medio de los rumores, el hospital CHI Memorial salió a afirmar, sin pruebas que está viva.
Las agencias de “verificación”, a todo gas
Newtrola, Maldita, AFP, Snopes, ¡hasta en Perú salió un “verificador“! Todos los aparatos financiados por George Soros están a toda máquina de que la noticia es falsa, lo cual pervierte aún más la historia. Si George Soros trata de convencer a nuestros fuggettes de algo, ¡sospecha!
¿Por qué nadie en Pfizer dice nada, el hospital lanza un velado mensaje y la protagonista no aparece? Porque está MUERTA.
¿O no? ¡Ahora llega lo mejor!
Tiffany “reaparece” en público: ¿es ella?
Tras la teoría que sostiene que Elvis Presley vive en Alcoy, o el insuperable relato de Paul is dead (la larga teoría que sostiene la muerte de Paul McCartney), Tiffany abre otro episodio en la historia de las muertes misteriosas:
Como si de una prueba de vida para acallar rumores se tratara, el hospital CHI Memorial desveló ayer este vídeo montaje el mismo día 21 de diciembre (ella desapareció el día 18).
Bien bíblica esta aparición. Y no os podéis imaginar la cantidad de brasileños e italianos que hay interesándose por el caso (entrad en Facebook, Instagram y el Twitter del CHI y veréis), preguntando a cada minuto, analizando el tema y exigiendo respuestas. Este tema se torna internacional por sus dimensiones sanitarias y políticas. ¡Queremos que Xuxa lidere el movimiento Tiffany!
Pero volvamos al vídeo.
Las enfermeras con cara de terror, el plano que recorre la escalera, los carteles covidianos, la chaqueta roja con hombreras, la foto del Papa argentino Bergoglio ahí detrás…
Y Tiffany. ¿Es ella?
No.
En Chattanooga bien podrían haber contratado a cualquier figura de la derecha española con ese pelo negro oscuro tan propio de las brunettes de los 52 de VOX, Isabel Díaz Ayuso o la mismísima Arrimadas.
Pero esa no es Tiffany. Además:
- ¿Por qué no se quita el bozal?
- ¿Por qué no habla?
- ¿Por qué lleva una identificación de distinto tipo al resto en la solapa?
- ¿Por qué tardan tres días en sacar esto?
- ¿Por qué ese silencio en sus perfiles de Instagram y Facebook, incluyendo el bloqueo de sus familiares?
- ¿Por qué no sale ella a decir “estoy bien, gracias” escuetamente, aunque sea en un comentario en su cuenta?
Lo único claro aquí es que Tiffany fue la primera víctima del veneno de Bill Gates con el que Pfizer está ganando miles de millones de dólares en sólo unos meses.
Desde luego, algo huele a podrido en Chattanooga.